Camino

31.7.06

Rojo dorado

En mis sueños asoman las personas con las que he recorrido un camino, bajo un solo cuerpo, con un propósito, la búsqueda de la verdad y de la superación espiritual.

Las pruebas son desconocidas para quienes las viven. Si tomaste un camino, serás probado una y mil veces. Pero, ¿cómo puedes tú probar la veracidad de ese camino?

Algo me están diciendo esos seres, pero no logro captar el contenido, no se si estoy lejos o estoy cercano a la fuente. Las dudas son el freno que ayuda o que destruye la posibilidad de encontrar una respuesta.

Iniciar un camino . . . cambiar el rumbo . . . ya no podrás volver atrás.

Las bifurcaciones han cesado . . . pero todo se ve borroso, parece haber pasado mucho tiempo, parece que nada ha cambiado . . . ya no importan las penalidades que vienen . . . todo es parte de lo mismo, de esta obra en que me ha tocado actuar.

Al final sé, que la respuesta me espera.

Ayer me vi solo ... sin padre ni madre ... estoy tan lejos de ese mundo que vive la gente ... que dificulto que alguien pudiera entender mi sentir ... no era Carlos que se veía, no era él quien sufría . . . era quien siente otra vida ... ni siquiera es sentir, es saber que es así ... al observar el rojo dorado, anaranjado, del atardecer fue vibrar en esa nota musical, en la luz de ese lugar que espera el retorno, fue la certeza de saber que detrás de estos sentidos está la verdad, el Padre y Madre esperando.

Hace tiempo leía sobre iniciados de épocas antiguas y las penurias que debían pasar para entrar en el camino, para encontrar un Maestro, para realizar el camino y encontrar el Grial. Historias que la vida muestra que son reales y no fantasías.